La Fundación SGAE reunió ayer en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en Catalunya, a los finalistas en los XXVI Premios Max de las Artes Escénicas. La gala de los galardones se celebrará el lunes, 17 de abril, en el Gran Teatro Falla de Cádiz.
Al encuentro asistieron Manolo Alcántara, autor, de Cía. Manolo Alcántara, finalista a Mejor espectáculo de calle y Mejor labor de producción por Maña; Pere Arquillué, actor, finalista a Mejor actor por L’adversari; Xavier Bobés y Alberto Conejero, autores, finalistas a Mejor dirección de escena por El mar: visió d’uns nens que no l’han vist mai; Pau Carrió, autor, finalista a Mejor adaptación o versión de obra teatral o coreográfica por Crim i càstig; Núria Clemares y Marc Fernández, autores, de Cía. Pagans, finalistas a Mejor espectáculo de calle por Palabras que rompen huesos; Valentí Oviedo, director general de la Fundación del Gran Teatre del Liceu, y Antoni Pallès, director del Departamento Musical del Gran Teatre del Liceu, en representación de La gata perduda de la Fundación Gran Teatre del Liceu, obra finalista a Mejor espectáculo musical o lírico, y Lisard Tranis, bailarín, finalista a Mejor intérprete masculino de danza por Runa.
El presidente del Consejo Territorial de SGAE en Catalunya, Joan Vives, pronunció unas palabras de bienvenida y fue el primero en felicitar a todos los finalistas por su talento y excelente trabajo. Recordó que «los premios son un reconocimiento y también una promoción de la autoría para llegar a mucho más público» y, en este sentido, «los Premios Max hacen una gran labor de difusión de las artes escénicas».
El acto fue conducido por Jordi Bordes, periodista, crítico teatral de El Punt/Avui y fundador de Recomana Associació per a la promoció de les arts escèniques, quien interpeló a los finalistas sobre sus obras, la importancia de los Premios Max para los profesionales de las artes escénicas y cómo llegar a más público.
Manolo Alcántara comentó que “Maña es un reto físico, con artesanía analógica y que va a la esencia, al esfuerzo. Y la doble nominación como finalista, después de tantos años en activo, es un regalo. Me da visibilidad y esto es un gran incentivo”.
“Una historia llena de luz”, así definió Xavier Bobés a El mar: visió d’uns nens que no l’han vist mai. «Para Alberto [Conejero] y para mí es también un homenaje a los maestros que nos han marcado, y que mezcla la poética de la palabra de Alberto con la poética del objeto».
Respecto a Crim i càstig, Pau Carrió expresó sentirse muy satisfecho con el resultado. «Ha sido un reto muy agradecido, y un gran esfuerzo».
Núria Clemares, el 50% de la Cía. Pagans junto con Marc Fernández, «es una gran alegría ser finalistas de los Max porque esperamos poder actuar fuera de Catalunya». Fernández expresó que «los Max son un escaparate y también una red para conocer más creadores escénicos y, quién sabe, quizá surjan colaboraciones».
Preguntados sobre sus interpretaciones, Pere Arquillué, nominado a Mejor actor por su papel en L’adversari, destacó que “es un personaje que vehicula dinamismo. Requiere de un virtuosismo entendido éste como juego escénico”. Asimismo, y sobre su personaje en Runa, el bailarín Lisard Tranis destacó que «da una dramaturgia teatral para atraer al espectador y da pie a la interpretación que hace el público».
Por último, Valentí Oviedo habló del proceso comunitario de creación de La gata perduda con “más de mil personas implicadas dentro y fuera del escenario: un barrio entero, los Centros de Atención Primaria, las escuelas… Y la generosidad de autores como Victoria Szpunberg y Arnau Tordera”. Oviedo señaló que estar nominados a los Max es “un reconocimiento al trabajo bien hecho. Es un estímulo”.