En la imagen, imágenes de algunas de las partituras interpretadas por Luis Mariano y conservadas en el CEDOA de la SGAE.
Exiliado en Francia, la voz y la presencia de este vasco triunfaron en el género lírico
Sus películas, a menudo con Carmen Sevilla, lo convirtieron en un referente cultural de los años 50
Este 14 de julio se cumple medio siglo desde el fallecimiento de Luis Mariano, una de las voces más características y populares del género lírico. Este irundarra legendario, que desarrolló casi toda su carrera en Francia, fue protagonista de espectáculos emblemáticos y, durante los años 50, ganó fama internacional con su salto al cine. Era socio de la SGAE, donde registró 196 canciones; en el Centro de Documentación y Archivo (CEDOA) de esta entidad se conservan, entre otros, partituras y materiales de orquesta de la opereta La canción del amor mío (de Juan Quintero y Francis López, 1957), su único estreno en España.
Luis Mariano (nacido Mariano Eusebio González García, en Irún, el 13 de agosto de 1914) creció con dos pasiones: la arquitectura y cantar. La Guerra Civil española obligó a su familia a un giro de timón y cruzaron la frontera buscando seguridad en Burdeos, donde él continuó su formación artística. Más tarde se hizo alumno de Miguel Fontecha en París y consiguió debutar en el Palace Chaillot con la ópera bufa Don Pasquale, de Donizetti.
Pero su carrera dio un salto tras intervenir en La bella de Cádiz (1945), opereta de Francis López para la que él mismo diseñara el vestuario y los carteles. El enorme éxito de esta obra convirtió a Luis Mariano en una gran figura. López siguió escribiendo para él y los triunfos se sucedieron: Andalucía; Violetas imperiales; El zarevich; o El cantor de México, estrenada en 1951 y recuperada muy recientemente por el Teatro de la Zarzuela en Madrid.
Muchas de sus obras se llevaron al cine y sus temas musicales se difundieron por el mundo entero. En la década de los 50, Luis Mariano encontró en Carmen Sevilla su perfecto contrapunto artístico. Juntos rodaron sus filmes más célebres, incluyendo El sueño de Andalucía, La bella de Cádiz y, sobre todo, Violetas imperiales. Este fue su punto de mayor popularidad internacional y, también, su reencuentro definitivo con España tras tantos años en el exilio.
A lo largo de su vida, Luis Mariano protagonizó veintiocho películas, grabó un gran número de discos y escribió varios libros autobiográficos. Su voz era extensa, timbrada, cálida, fina, bien modulada. Durante los años 60, la música ligera y el pop ocuparon su lugar hegemónico en la cultura de masas, pero él se mantuvo activo en el teatro hasta su fallecimiento, el 14 de julio de 1970.